El branding y el desarrollo de una buena estrategia de marca se ha convertido en fundamental para hacer crecer cualquier empresa. De esta forma se han implementado nuevas estrategias de contenido, que sirven tanto para e-commerce como para tiendas físicas que deseen complementar la experiencia del cliente. Pero… ¿cómo no equivocarse al decidirse por una estrategia de branding?
Storytelling, responsabilidad corporativa o compromiso de marca son algunos de los conceptos publicitarios que hoy día ya suenan familiares, gracias al crecimiento de la publicidad. Deben ser tenidos en cuenta si se desea consolidar una empresa y diferenciarla de la competencia. Una empresa cuenta con segundos para crear un impacto en el usuario, llamar la atención y/o plantear un interés inicial que culmine con una compra. Por tanto, la estrategia de contenidos debe ser creativa y exponer la esencia de la empresa, los valores de la marca, la eficacia del producto o servicio que ofrece, y el respeto al cliente o público.
Esta imagen puede ser jovial o seria, comprometida o divertida, puede solo entretener o contar una historia con sus valores y tradición. La opción acertada es la que mantiene la coherencia con la identidad de marca, y cumple los objetivos marcados. Estos objetivos pueden ser: obtener tráfico a su web a través de la publicidad, aumentar las ventas o crear una conversación en torno a una campaña.
El éxito del branding no se mide por el tráfico a sus redes sociales a su web, o un aumento en las compras. El éxito se consigue si se alcanzan los objetivos planteados al inicio, cuando se ideó la identidad corporativa. El objetivo de una empresa puede ser crear un concepto disruptivo que impacte en diferentes plataformas. Otra empresa quizás prefiera una campaña dirigida a un público especializado y solo a través de un canal de comunicación. Desde el inicio, deben determinarse los aspectos clave del mensaje, y aclarar la metodología a seguir para enfocar la comunicación de manera eficaz.